23 enero 2007

La insoportable grandeza del ser

Leo en el periódico de ayer, papel caducado que el azar ha indultado en un revistero, una entrevista a Fernando Araújo, ex Ministro colombiano de Desarrollo secuestrado durante seis años por la guerrilla, hombre lúcido y elocuente, dueño de una serenidad que le ha permitido convertir el infierno del cautiverio en una experiencia enriquecedora, un forzado lapso en su vida para la superación personal. Durante esos años perdió la libertad y a su amor, que dejó de esperarle para poder casarse y tener hijos, pero gano la fortaleza de una voluntad infinita.

“¿Cómo va a recuperar el tiempo perdido? ¿Qué va a hacer ahora con su vida?”- pregunta el periodista-. Don Fernando responde con suma inteligencia, tanta que abruma: “No tengo el concepto de tiempo perdido. La vida es una sola. Yo tuve una vivencia y la vida sigue. Si lo trato de recuperar pierdo más el tiempo”.

Fernando Araújo supo frenar la nostalgia y la desesperación para dar empuje a una esperanza imposible que, finalmente, triunfó. Imaginó nuevos sueños para perseguirlos más adelante y cultivó una paciencia inconcebible. En sus palabras “quise salir de allí mejor de lo que entré” encuentro un imposible real, un abismo al que asomarse todos aquellos que creemos perder el tiempo.